Fernando hace unos cortometrajes un tanto escatológicos y poco pudorosos:
- En Shof shof ñam ñam un tampón persigue a un chico que le silba a una tía buena.
- En Santa Trinidad un tipo ve cómo le nace un tercer pezón cada vez que tiene necesidad sexual.
- El Requesón Comercial sale de la entrepierna del gerente de un multicine que no hace más que poner mierda en cartelera. En Por cicatrizar dos parejas descubren que las cicatrices del amor son literales.
- Y por último: La belleza de la señora patata, que habla en clave gore de la obsesión actual por las operaciones estéticas.